
Fuente: La Révolution Espagnole, nº 11, 18 de diciembre de 1936
De todos los sindicatos controlados por la CNT, uno de los más importantes es sin duda el Sindicato Único de Transportes de Barcelona.
Instalado en el antiguo edificio del Banco de España, en pleno barrio comercial, es, con sus veintisiete secciones, un verdadero ministerio que tiene bajo su control absolutamente todo el tráfico de la ciudad y del puerto.
Gracias a la amabilidad del camarada Víctor Perret pudimos visitar los diferentes servicios del sindicato. Las secciones más importantes son las de los taxis, a las que pronto volveremos para examinar su funcionamiento y sus realizaciones desde su colectivización, y las de los metros, los tranvías y los autobuses. Luego tenemos las secciones de los estibadores, repartidores, mozos de mudanzas, agentes de aduanas, trabajadores de garajes, porteros de las estaciones de tren y de los mercados, servicios de reparto, etc.
Encontramos en su despacho al camarada Langa, secretario general del sindicato, que nos proporcionó información sobre el funcionamiento de la central sindical. Los compañeros entraban y salían constantemente, el teléfono sonaba sin cesar: estaba ocupado como una colmena.
El objetivo de nuestro sindicato, nos dijo, es la centralización bajo una sola dirección de las diferentes ramas del transporte urbano. Así conseguiremos evitar cualquier competencia que pueda surgir entre ellas en el tema de la extensión de las líneas activas, su ampliación y la expansión de los servicios. No obstante, cada rama mantiene su administración autónoma, pero mediante esta centralización evitaremos también lo que ocurría bajo el régimen capitalista, en el que en un barrio se podían encontrar todos los medios de transporte, mientras que otros estaban a todos los efectos privados de ellos. Con menos gastos contamos con poder organizar una red de transporte urbano que satisfaga a todos los usuarios.
El camarada Langa nos puso entonces en contacto con el secretario de la sección del Taxi. Ésta, como dijimos, es una de las más importantes, dado el lugar que ocupa en la ciudad, y es también una de las más interesantes desde el punto de vista de su colectivización.
«Antes del movimiento de julio», dijo, «vivimos una terrible crisis en nuestra corporación. Las causas principales eran la falta de organización de la patronal y la competencia entre los chóferes, a los que se les pagaba sólo el 25% de sus ingresos sin ningún salario fijo. Pero también hay que tener en cuenta que casi todos ellos estaban afiliados a la CNT y tras varios años de lucha arrancamos a la patronal la jornada de ocho horas.
Desde que reorganizamos nuestra industria hemos suprimido el trabajo a porcentaje y hemos establecido un salario fijo de ochenta pesetas semanales.
«Antes de julio nuestro sindicato estaba dividido en dos subsecciones, una de los que conducían para los patronos o las empresas, y la otra para los que tenían un coche y que considerábamos trabajadores emancipados.
«Tras la victoria de la clase obrera en Barcelona y en toda Cataluña y la vuelta a la vida normal en nuestra ciudad, decidimos la colectivización total del material y los anexos del sector del taxi expropiando sin indemnización a los antiguos propietarios y acogiéndolos en las filas del personal.
«Encontramos el material en muy mal estado. Esto era la consecuencia lógica del poco cuidado y el continuo esfuerzo al que estaba sometido y la pobreza en la que había caído esa industria. Para reparar y mantener el material establecimos talleres mecánicos y de pintura. Con el acuerdo de la sección de trabajadores de los talleres, requisamos varios garajes en las zonas que nos parecían más propicias. También establecimos una central telefónica que está en comunicación con los diferentes garajes.
Para la supervisión de estos diferentes servicios, para asegurar su buen funcionamiento, y para administrarlos se creó un comité administrativo, bajo el control del sindicato que dirige el sector del taxi.
«Nuestros talleres de pintura ocupan a cincuenta trabajadores y el de mecánica a setenta. Hasta hoy hemos reparado y repintado 800 vehículos, y esperamos elevar esta cifra a 1000 antes de fin de año, lo que garantizará el trabajo de 2000 o 2500 trabajadores. Antes del movimiento circulaban 2650 coches; nosotros encontramos 2350, el resto se utilizó para la guerra. Estos vehículos constituyen una reserva a la que podemos recurrir después de eliminar el material que no se puede utilizar. Pensamos que las necesidades de la ciudad se cubrirán con 1500 o 1600 vehículos y debemos, mediante una rotación y reducción de horas, emplear a todos los compañeros que vivían del taxi antes del 19 de julio.
«También prevemos, tras el fin de la guerra, el desarrollo del turismo, que es una fuente de ingresos muy importante y que nos permitirá ocupar a muchos compañeros.
«Esta rama estaba hasta ahora en manos de unos pocos aprovechados sin escrúpulos que en un periodo de prosperidad realizaban grandes fortunas, en detrimento de su personal, al que explotaban descaradamente. También había otro tipo de parásitos: nos referimos a los jóvenes de familias burguesas que no querían trabajar y poseían vehículos personales en los que paseaban a los extranjeros, viviendo del turismo y de diversos tipos de tráfico.
«En resumen, pensamos que hay que trabajar con una visión de conjunto que nos permita evitar divergencias que lleven a una convulsión orgánica».
A continuación visitamos, guiados por compañeros del sindicato, diferentes talleres de reparación donde los mecánicos estaban todos ocupados y los pintores repintaban los taxis en negro y rojo, los colores de la CNT. Luego vimos los inmensos garajes donde se guardan los vehículos que actualmente no se utilizan y que se están arreglando para que pronto puedan ser utilizados, los vehículos que están en uso y las oficinas administrativas.
Son grandes logros que podemos atribuir al Sindicato Único de Transportes de Barcelona. Los compañeros de la CNT han realizado un progreso incontestable en el sector del taxi.
Nuestros compañeros tomaron como lema «NUESTRO TRABAJO». Es, de hecho, su trabajo; es a través de su espíritu sindicalista y colectivista que pudieron llevar a cabo la tarea que les correspondía.