Capitalismo 4.0 – Entre el trabajo precario y la revolución digital (2015) – Jürgen Mümken

De: Direkte Aktion Nr. 230 – Juli/August 2015

El capitalismo está en el umbral de la cuarta revolución industrial. Tras la mecanización, la industrialización y la automatización, ahora llega la digitalización. A través de Internet, los mundos real y virtual se acercan cada vez más en una Internet de las cosas. Mientras que el capital espera nuevos brotes de crecimiento y más beneficios de la Industrialización 4.0, por otro lado esto significa una mayor transformación neoliberal del trabajo.

Fábrica inteligente

Para que la fábrica del futuro (Smart Factory) sea más flexible, eficiente e inteligente, las máquinas, las instalaciones y los productos deben dialogar entre sí. La comunicación entre personas, máquinas y cosas se está convirtiendo en el momento central de esta cuarta revolución industrial.

Una tropa de máquinas organizadas de forma autónoma en la Fábrica Inteligente del Centro Alemán de Investigación de Inteligencia Artificial (DFKI) de Kaiserslautern muestra cómo cambiará la producción. En una línea de producción prototípica se fabrican buscadores de llaves con fines de investigación: pequeños colgantes que pueden utilizarse para encontrar las llaves perdidas del coche.

Para cada buscador de llaves, se escribe primero un programa informático que contiene las peticiones especiales del cliente. Estos deseos individuales se almacenan en chips de radio. A través del programa del chip, el buscador de llaves entra en contacto directo con las máquinas herramienta y los robots. Como si preguntara: «¿Quién tiene tiempo para mí? ¿Dónde puedo conseguir mi grabado aquí?» De forma independiente, se ponen de acuerdo sobre los pasos necesarios para el tratamiento. Esta autonomía de la organización del proceso de producción es la promesa de la Industria 4.0.

En la industria del automóvil, por ejemplo, las carrocerías llevan desde hace tiempo transpondedores en el montaje. Contienen información sobre la carrocería y lo que va a ocurrir durante la producción. Los transpondedores se comunican con las máquinas y los trabajadores de la cadena de montaje. Tanto el hombre como la máquina leen y escriben información para que al final del proceso de montaje se haya hecho y documentado todo lo que se especificó en el transpondedor en cuanto a detalles del modelo.

El problema de la fábrica inteligente es controlar los flujos de información omnipresentes. Porque con la autonomía crece la necesidad de comunicación en la fábrica, entre miles y miles de productos, cientos de robots, innumerables máquinas y accionamientos. El producto nos dice que quiere ser pintado de amarillo; el robot, que está ocupado durante los próximos diez minutos; y el motor de la taladradora, que pronto abandonará el fantasma.

El producto inteligente controla su propio proceso de producción: La identificación RFID de cada pieza individual en un formato de datos estandarizado proporciona la base para ello.

Internet de los objetos

La visión: frigoríficos que compran la leche y el queso por su cuenta, lavadoras que lavan exactamente cuando la electricidad es barata y carne que almacena todos los datos sobre su producción y rutas de reparto: En el Internet de las cosas, los objetos se vuelven inteligentes y pueden intercambiar información entre ellos a través de Internet. La Internet de los objetos pretende unir el mundo virtual con el real. La base es la tecnología RFID, mediante la cual los bienes y dispositivos no sólo reciben su propia identidad en forma de código, sino que también pueden registrar estados y realizar acciones.

El Internet de las Cosas también desempeña un papel en el ámbito de la logística: cada contenedor, cada palé y cada paquete están equipados con una memoria digital. A través de ella, los objetos reciben información sobre el destino y las prioridades, y ya pueden tomar decisiones sencillas sobre la marcha de forma autónoma y las cosas encuentran su camino hacia su destino.

Crowdsourcing y crowdwork

La externalización era ayer, hoy es el crowdsourcing. El crowdsourcing es la externalización de subtareas tradicionalmente internas de una empresa a un grupo de crowdworkers, por ejemplo, a través de Internet.

El crowdsourcing se basa en el término outsourcing, que es la externalización de tareas de la empresa a terceros. El crowdsourcing representa, pues, otra forma de división del trabajo.

La subcontratación se realiza, por ejemplo, a través de plataformas online. Un ejemplo es la plataforma australiana Freelancer. Las empresas pueden utilizarlo para externalizar tareas en las áreas de desarrollo de software, diseño, redacción, contabilidad y marketing SEO. Funciona así:

Los clientes publican tareas en la plataforma, los crowdworkers pujan por su salario y la plataforma Freelancer se lleva una comisión del 10%.

Esto significa que los crowdworkers compiten entre sí por el trabajo, y lo hacen a nivel internacional. La competencia directa entre los trabajadores en masa no tendrá ciertamente un efecto positivo sobre los salarios. Los trabajadores en masa son los «precarios digitales» para los que hay que encontrar primero nuevas formas de organización del » yo emprendedor «.

[Traducido por Jorge JOYA]

Original: https://direkteaktion.org/230-kapitalismus-4-0/

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