La caída de Barcelona – Intercambio de cartas entre Emma Goldman y Mariano R. Vázquez tras la Guerra Civil española (1939) – Emma Goldman y Mariano R. Vázquez

Transcrito de los papeles de Emma Goldman y Rudolf Rocker, archivados por el Instituto Internacional de Historia Social.
Notas: Estas cartas fueron intercambiadas por Emma Goldman, representante extranjera de la CNT-FAI en Londres, y Mariano R. Vázquez, Secretario General de la CNT, en febrero y marzo de 1939. Tras la caída de Cataluña, cientos de miles de republicanos españoles huyeron del régimen fascista de Francisco Franco. También debaten las causas de la derrota republicana, con Goldman culpando al gobierno de Juan Negrín, apoyado por los comunistas, y Vázquez haciendo autocrítica sobre la culpa de la CNT-FAI a la hora de proseguir la revolución y desalentar el apoyo extranjero.

  • Goldman a Vázquez, 5 de febrero de 1939
  • Vázquez a Goldman, 13 de febrero de 1939
  • Goldman a Vázquez, 16 de febrero de 1939
  • Vázquez a Goldman, 21 de febrero de 1939
  • Goldman a Vázquez, 27 de febrero de 1939
  • Vázquez a Goldman, 5 de marzo de 1939
  • Goldman a Vázquez, 13 de marzo de 1939

Goldman a Vázquez, 5 de febrero de 1939

Querido camarada Mariano R. Vázquez,

Saber por Martin y Souchy que tú y los demás camaradas habéis abandonado Barcelona, nuestra infeliz Barcelona, no ha acabado con mi ansiedad. Y desde ayer, los terribles crímenes de Gerona han aumentado mi ansiedad. Ojalá supiera qué hacer para ayudaros en esta hora trágica. Pero como no sé si estáis a salvo y dónde, me siento completamente impotente. Temo que esta carta no os llegue, pero se la envío al camarada Roca a París; él es muy de fiar. Estoy seguro de que si hay oportunidad, os la enviará.

Hazme el favor, querido camarada, de decirme si hay algo que quieras que haga y dime también cuál de los camaradas podría salvarse de la brutalidad franquista. Martín me dijo que tu compañera estaba contigo pero yo no sabía si también tenías contigo a tu preciosa chica. Estoy tan ansiosa por ella, por ella como por todos nuestros camaradas.

Espero de todo corazón que me escribas. Te aseguro mis simpatías y mi devoción de camarada en esta hora, no sólo soy de simpatía sino de deseo de ayudarte.

Fraternalmente,

Emma Goldman

Vázquez a Goldman, 13 de febrero de 1939

Querida amiga

El camarada Roca me entregó tu carta del día 5. Me apresuro a contestarte y lamento no haber podido hacerlo antes para liberarte de tu ansiedad.

Salí de Barcelona pocas horas antes de que el enemigo la tomara. El miércoles 25 de enero a las 9 de la noche llamé por radio al pueblo de Barcelona. Fue la última vez. Unas horas después el enemigo dominaba Barcelona, ciudad de nuestras luchas, de nuestra alegría y…

Hemos salvado a todos los camaradas, porque al final conseguimos que abrieran la frontera. Pero casi todos están en campos de concentración. Yo no, porque huí.

El problema fundamental y nuestra mayor preocupación en estos momentos es saber en qué países podemos colocar a nuestra militancia, a esos cientos de camaradas que en España serían fusilados por Franco. Sobre esta base estoy trabajando; ya hemos conseguido algo, pero queda mucho trabajo por hacer todavía.

No sé concretamente en qué nos puedes ser útil, después de lo que te he dicho sobre nuestra principal preocupación. Sólo se me ocurre que hagas tu gira de propaganda por Canadá. Estoy convencido de que será interesante desde el punto de vista moral y también material, porque puede ser un éxito económico y comprenderás lo necesitados que estamos de dinero para hacer frente a todas las muchas necesidades que se nos presentan, sobre todo a la hora de organizar el viaje de los camaradas a América.

Como creo que será imposible colocar a un solo militante en Inglaterra, y que allí no se puede recaudar mucho dinero, te aconsejo que vayas a Canadá. Sin duda, tú misma verás qué más puedes hacer dentro de esta idea de colocar a los camaradas en cualquier país posible, y de recaudar dinero para ayudar a los militantes en el exilio y a sus esposas e hijos, y para hacer frente a los gastos del viaje.

Esto es todo lo que puedo decirte por el momento. Escríbeme c/o Roca, él me hará llegar la carta. La vida en los campos de concentración es muy dura y meten a todo el mundo, ya que no quieren arreglar los papeles de nadie. Yo mismo no he podido hacerlo todavía.

Abrazos,

Mariano R. Vázquez.

Goldman a Vázquez, 16 de febrero de 1939

Querido camarada Mariano.

No sabes cuánto me ha alegrado tener por fin noticias tuyas. Sabía que habías escapado del infierno de los campos de concentración, pero no sabía dónde estás y cuáles son los planes de la CNT en la medida en que ahora estás en condiciones de hacer planes. No dices nada en tu carta de tu compañera y de tu encantadora hija que conocí en la escuela. ¿Están a salvo y sabes cuántos de los miembros de los comités de la CNT-FAI han podido entrar en Francia? Tengo entendido que el viejo camarada Gonzalo Reparey, sordo y tullido, ha sido olvidado por completo y ya está en manos de Franco. Me pregunto si esto es cierto. Mi corazón sangra por los que no pudieron escapar, y por todos los refugiados que son tratados tan abominablemente por las autoridades francesas. Estoy preparando un artículo sobre esto así como sobre el deleznable papel jugado por Inglaterra ayudando a Franco a llegar a Menorca y ahora como un buitre cayendo sobre los cuerpos agonizantes del pueblo español precipitándose a reconocer a Franco, esto después de treinta meses de hipócritas pretensiones de que el pacto de no intervención era por «razones humanitarias». Todos los países capitalistas son iguales, por supuesto, pero Inglaterra es el que menos escrúpulos tiene cuando se trata de servir a sus intereses imperialistas. Desgraciadamente los trabajadores británicos han bebido esa falta de escrúpulos del pecho de su madre.

Querido camarada, no has dicho nada en tu carta sobre las fuerzas reales que te obligaron a ti y a los demás camaradas de la CNT-FAI a renunciar a la defensa de Barcelona. Me gustaría que me escribieras las razones exactas, ya que todo el mundo en Inglaterra y en los Estados Unidos está completamente perdido para explicar la rendición. Temo que hayan sido sus aliados comunistas de Negrín quienes le hayan jugado una mala pasada. Ya cuando estuve en Barcelona la última vez tuve la sensación de que en el momento crucial tú, de la CNT, sería traicionado y abandonado a su suerte. Tú le dijiste una vez a Martin que yo siempre desconfiaba o temía a tus aliados. No había necesidad de ninguna de las dos cosas, ya que era demasiado obvio que ni Negrín ni sus colegas apoyarían a la CNT en un momento de grave peligro. Me temo que fue tu propia honestidad y tu creencia infantil en la necesidad de trabajar con el gobierno lo que provocó la debacle final. Por favor, no te ofendas. Es mi profundo interés y mi permanente fe en ti lo que me hace decirte francamente que fuiste engañado por el miserable Negrín y la banda comunista que odiaba a la CNT-FAI tanto como a los fascistas. Sin embargo, si puedes darme las razones que llevaron a la caída de Barcelona me ayudarás enormemente y también a los otros camaradas que han hecho todo lo que han podido para ayudar a tu lucha desde que empezó.

Veo en los periódicos que un tal López, que pertenecía a la CNT, está implicado en los juicios que se están celebrando en Barcelona. ¿Es posible que se trate de nuestro camarada?lo pregunto porque se dice que ha hecho todo tipo de confesiones sobre su relación con el paquete diplomático encontrado con el cónsul americano. Me imagino los horrores que están ocurriendo en la Barcelona franquista, el crecimiento de miserables delatores que quieren estar del lado bueno de Franco y los miles y miles de víctimas que serán exterminadas.

Querido camarada, por supuesto que voy a ir a Canada, pero no podría zarpar hasta saber que ha sido de vosotros, si estáis a salvo, que planes tenéis y como puedo ayudaros. He hecho reservas para zarpar el 8 de abril, hasta entonces espero saber exactamente lo que tu y los otros camaradas planeáis hacer. Me gustaría creer que Sudamerica os dejara entrar. Pero, ¿no es casi toda Sudamérica fascista, excepto quizás Chile? Y el presidente Cárdenas, que se hizo pasar por liberal cuando vino a España expresando su fraternal simpatía por vuestra lucha, tengo entendido que ya ha declarado que no permitirá la entrada de los anarquistas en México.

Supongo que cualquier fondo que uno pueda recaudar ahora tendrá que ser para los refugiados. ¿Existe una organización de refugiados de nuestros camaradas fuera de la SIA?¿O hay que apelar en nombre de la SIA? Debo saberlo antes de partir para Canadá. ¿Cree que debería venir a París y zarpar desde un puerto francés? Supondrá un gasto extra de unos 250 francos en el precio del billete en comparación con la navegación desde un puerto inglés. Si es necesario que hablemos de algunos asuntos antes de zarpar, iré. Así que debes hacérmelo saber pronto.

Saluda fraternalmente a todos los compañeros a tu compañera y a tu hermoso hija.

Fraternalmente.

E. G.

Vázquez a Goldman, 21 de febrero de 1939

He recibido su carta del 16 de febrero a la que me apresuro a contestar.

Deseas que te explique la razón de la pérdida de Barcelona, y te adjunto un informe que he redactado al respecto, al que sólo deseo añadir confidencialmente que nuestro Movimiento ha tenido, aunque me duela confesarlo, su parte de responsabilidad en lo ocurrido por no haber trabajado con el entusiasmo que exigía la gravedad del momento.

Es cierto que la repentina salida del Gobierno de Barcelona tuvo un gran efecto desmoralizador, pero no es menos cierto que si se hubiera hecho algo por despertar el entusiasmo de la opinión pública Barcelona hubiera podido ser defendida, aunque sólo fuera por unos días.

Sobre las observaciones que has hecho acerca de nuestra buena fe y la traición de los demás, una vez más debo repetirte lo que ya te he dicho antes: que aquí nadie ha traicionado a nadie. Lo que ha ocurrido siempre es que las circunstancias impusieron lo que cada vez era contrario a nuestros deseos. Las circunstancias mi querida amiga, fueron la falta de armas provocada por la actitud de las Democracias. El hecho es que un solo país no puede luchar contra el mundo entero y que hemos ganado al fascismo internacional y a las cobardes Democracias 20 batallas, habiendo perdido la última. Esto es todo.

Si tuviéramos que discutir sobre las causas que llevaron a la pérdida de la guerra no podríamos encontrar los efectos en esos compromisos a los que tú y algunos otros camaradas siempre os referís. Fue más bien al contrario. No nos comprometimos lo suficiente sino que fuimos demasiado revolucionarios, asustando así al capitalismo mundial. La experiencia nos dice con claridad que una cosa son nuestras ilusiones en un sentido revolucionario y otra la realidad. Y esas realidades y posibilidades no existirán nunca en ningún país, y mucho menos en países como España, mientras no exista una solidaridad proletaria mundial y una conciencia revolucionaria capaz de evitar que el enemigo nos trague. Es en estas verdades incontrovertibles donde tenemos que encontrar las causas, no en las traiciones y defectos de los demás porque defectos tuvimos todos.

En público, cuando las cosas se pongan en orden, estaremos en condiciones de defender al Movimiento Libertario para demostrar que si hubo alguna responsabilidad en la pérdida de nuestra guerra, esa responsabilidad no se nos puede atribuir a nosotros, y además podremos demostrar que la responsabilidad es absolutamente de los otros sectores que precipitaron nuestra derrota, pero esto, querida Emma, sólo para el público, para nosotros, no. Debemos examinar las cosas con objetividad, única forma y medio de extraer resultados positivos de una experiencia la más importante de todas las realizadas hasta ahora por el proletariado.

No sé a qué camarada te refieres cuando mencionas a López, de quien dices que está en manos de los tribunales de Barcelona.

No tengo nada que decir en contra de tu idea de venir a París, aunque si lo dejas para muy tarde, es posible que yo no esté en París para entonces. Los fondos que recojas puedes enviarlos al SIA si no es posible entregarlos al Movimiento Libertario. Si es posible pasarlos directamente al Movimiento, tanto mejor, ya que serán muy necesarios para el futuro de nuestra causa y también para atender las necesidades de los refugiados y su evacuación.

Con un cordial y fraternal saludo,

Mariano R. Vázquez.

Goldman a Vázquez, 27 de febrero de 1939

Querido camarada.

Gracias por tu carta del 21 de febrero y por tu declaración, que está siendo traducida. Si la recibo antes de enviar esta carta, le añadiré unas líneas.

Antes de retomar algunos puntos de tu carta quiero preguntarte sobre algo que me enviaste antes de la catástrofe de Barcelona. Era una carta junto con una carta del secretario de la Federación Nacional de las Industrias Sidero Metalúrgicas al secretario de la Federación Siderometalúrgica de esta ciudad junto con una larga lista de nombres a los que había que enviar paquetes. Antes de que las cartas fueran traducidas la calamidad catalana se abatió sobre todos, así que no tenía sentido enviar el material al secretario de la I. Pero desde entonces se me ha ocurrido que si pudiera conseguir alguna información sobre si las personas cuyos nombres me enviaste han sido evacuadas, si están en alguno de los campos franceses y en cuál de ellos, podría conseguir que la Federación de Siderurgia les ayudara con comida o dinero o de alguna manera, quizás incluso haciendo posible que encontraran asilo en Inglaterra.

Su referencia a mi «crítica» de los compromisos contraídos como si fuera la misma que la de los otros camaradas me entristeció mucho, porque no sabía que te hubiera criticado a ti o a los otros camaradas por su acción. Pero consideré que no había llegado el momento de señalar lo que yo consideraba graves errores por vuestra parte y que con toda seguridad acarrearían nefastas consecuencias. El hecho de que yo siguiera haciendo todo lo posible en este país por vuestra lucha debería haberos demostrado que no consideraba tan importante ningún desacuerdo mientras se siguiera «criticando». Pero aunque lo hubiera hecho no hubiera sido indicativo de mi falta de devoción por mis camaradas españoles y por la heroica batalla que estaban librando. Recordaréis que en la conferencia extraordinaria de la AIT dije, entre otras cosas, que el problema de nuestros camaradas españoles es que les molesta la menor crítica de los camaradas no españoles, por sincera y bienintencionada que sea. Sentí entonces y sigo sintiendo que esta característica tuya y de los demás camaradas españoles era la responsable de muchos de los malentendidos entre ellos y algunos de nuestros camaradas de fuera de España. Sin embargo, es un hecho indiscutible que nuestros críticos más severos son a menudo nuestros amigos más sinceros. Además expresar una opinión no significa que estemos criticando.

Dices en tu carta «nadie traicionó a nadie». Y en la frase siguiente afirmas que «públicamente podremos demostrar que la responsabilidad de la pérdida de la guerra recae absolutamente en los otros sectores que precipitaron nuestra derrota». Si es cierto, como he estado convencida todo el tiempo, que sus otros sectores están arrastrando al precipicio, entonces hubo una traición, de lo contrario, ¿por qué exponer su perfidia? Francamente, esto me parece una contradicción.

En cuanto a tu afirmación de que la CNT no se había «comprometido lo suficiente, sino que erais demasiado revolucionarios, asustando así al capitalismo mundial», no sólo me sorprendió, sino que me asombró el grado de miopía que esto implica por tu parte. Me parece, querido camarada, que si ésta es la principal lección que habéis sacado de vuestra lucha y de la terrible cantidad de sacrificios que habéis hecho, entonces deberíais descartar por completo vuestra creencia en la revolución y no volver a llamaros libertarios, porque nunca ha habido ni puede haber una revolución que no «asuste al capitalismo mundial». Tampoco apaciguaréis al capitalismo mundial a menos que castréis por completo el significado y el propósito de la revolución. Creo que Rusia es un ejemplo vivo de esta verdad. Toda la jauría del capitalismo mundial, ya sea fascista o democrático, se muestra ahora a favor del régimen de Stalin. Me pregunto por qué, cuando estos mismos elementos combatieron a Rusia por todos los medios. Vosotros mismos sabéis la respuesta, pero me gustaría recordaros que fue el aplastamiento de la revolución rusa por Lenin y su grupo, y desde entonces por Stalin, lo que está llevando al capitalismo mundial ante el cuerpo postrado y sangrante de la revolución rusa. El apaciguamiento del Capitalismo mundial por parte de Stalin hizo exactamente lo mismo que el apaciguamiento de Hitler y Mussolini por parte de Chamberlain. Ambos ayudaron a aumentar el apetito voraz por el dominio mundial, incluyendo la conquista de España y al castrar la revolución rusa y española también paralizaron la voluntad activa del proletariado Internacional….

Sin duda el 19 de julio del 36 reavivó el espíritu de los trabajadores y elevó sus esperanzas a la más alta expectación. Estoy segura de que si la revolución española hubiera podido mantenerse en su apogeo habría habido una respuesta de solidaridad más directa y activa que la que se mostró a España. Entonces llegó la mano maligna de Stalin, la nueva consigna que debía salvar al mundo y de paso ayudar a la política exterior de Stalin, Democracia no revolución. La democracia se convirtió en el grito de guerra. Pues bien, los trabajadores de los países democráticos sabían por su propia y triste experiencia que la democracia, después de todo, no es más que fascismo disfrazado. ¿Por qué iban a entusiasmarse por una guerra para salvar la democracia cuando sabían que el mismo eslogan había matado a diez millones de hombres y herido a veinte en la última guerra y que sus cadenas sólo se habían apretado más alrededor de sus piernas y manos?

Ahora comprendo querido camarada que todo en la vida es relativo. Yo misma prefiero unas pequeñas libertades políticas bajo la democracia que ninguna libertad bajo el fascismo. Pero la masa no razona, sigue sus instintos que suelen ser los correctos. En el caso de España, los trabajadores pronto se dieron cuenta de que la promesa del 19 de julio había sido cambiada, como en Rusia, por paliativos y reformismo que aplastaron de nuevo sus esperanzas, pues debes tener en cuenta, querido camarada, que tus aliados, especialmente tu sector comunista, hicieron todo lo posible para engañar a los trabajadores de fuera de España sobre tus motivos en la guerra contra el fascismo. Nunca se les permitió saber que la CNT-FAI quería ganar la guerra para desarrollar el gran principio constructivo del 19 de julio y no para reinstaurar el Capitalismo mundial en España. No sólo hicieron eso sino que difundieron por todos los medios insidiosos los rumores de que la CNT-FAI está saboteando la guerra. Cuando os diga que el escritor Wells, cuando se le pidió una contribución a la SAI, dijo que no daría ni un penique porque «los anarcosindicalistas y los anarquistas estaban interfiriendo con el gobierno republicano en la gestión de la guerra», os daréis cuenta de lo poco que se permitía al mundo exterior, y especialmente al mundo obrero, conocer los motivos de la CNT-FAI. Por favor, no te lleves la impresión de que excuso o justifico la falta de acción solidaria por parte del proletariado internacional en la lucha española contra el fascismo. Puedo perdonarles menos que la traición de las democracias. No estaba en el interés de estas últimas ayudar al gobierno republicano. Estaba en el interés de los trabajadores ayudar a sus valientes hermanos en España. Sólo he intentado explicar la apatía de las masas porque no pareces darte cuenta de que fue provocada por la traición de la política exterior de Stalin, por sus propios designios imperialistas que no escatimaron ningún crimen ni ninguna connivencia para estrangular todo vestigio de sentimiento o acción revolucionarios en Rusia y, más tarde, en España.

Probablemente tienes razón cuando afirmas que «una revolución en un solo país no puede esperar triunfar a menos que cuente con el apoyo de la solidaridad del proletariado internacional», pero tampoco puede esperar vencer apaciguando los temores del capitalismo mundial. «Ahora bien, o sois revolucionarios y entonces serviréis a las masas, o queréis apaciguar al Capitalismo mundial y entonces deberéis transigir palmo a palmo y día a día hasta que no quede nada de vuestra calidad o inspiración revolucionaria y eso, a cambio, alejará y deberá alejar al proletariado mundial. No podéis tener las dos cosas. No veo por tanto cómo podéis decir ahora que «no habíais transigido lo suficiente».

Créeme, querido camarada, no estoy juzgándote ni quiero echar sal sobre tus heridas abiertas. Conozco mejor que todos los camaradas extranjeros que han estado en España las espantosas dificultades en tu camino, los métodos criminales utilizados tanto por las democracias como por los fascistas para impedirte ganar la guerra, la falta de armas, la falta de alimentos, los bombardeos demoledores. Lo he visto todo, lo he oído todo y he intentado expresarlo con palabras débiles a nuestros camaradas de fuera de España y a los obreros allí donde he podido llegar. No estoy «criticando», estoy señalando ciertos factores que han contribuido a la debacle. Sólo quiero añadir una cosa más, la falta de armas fue sin duda el mayor inconveniente para la victoria. Sin embargo, hay otro factor igualmente importante, si no más, y es la fe en la victoria de los obreros y campesinos, que me temo fue disminuyendo a medida que toda la maquinaria de la lucha pasaba a manos del gobierno comunista de Negrín y quedaba fuera de la gestión de los propios obreros. Esto se me hizo demasiado evidente en mi última visita y en mis conversaciones con muchos camaradas tanto de la CNT como de la FAI. Pero ni siquiera eso disminuyó mi fe en vuestro triunfo final. Es más, ni siquiera ahora os creo derrotados, espiritualmente no, creo tan implícitamente en el espíritu de los españoles y de nuestros camaradas que tengo la certeza de que nunca podrá ser verdaderamente vencido. Y por eso mismo no puedo estar de acuerdo contigo cuando dices que «una cosa son las ilusiones en sentido revolucionario y otra la realidad», insisto en que la realidad sin ilusión revolucionaria se convierte en algo incruento y sin vida, en un espantoso engaño que acepta la sombra por la sustancia.

Por favor, no te ofendas por lo que he escrito, porque no es mi intención. Por el contrario quiero que sepas que cualesquiera que sean nuestras discrepancias nada podrá afectar a mi fe en ti y en los demás camaradas, a mi admiración por los sacrificios que habéis hecho y el valor que todos habéis demostrado y a mi devoción por vuestra lucha. Hasta mi último aliento creeré en la CNT-FAI y les serviré hasta el extremo.

Fraternalmente.

Emma Goldman.

Vázquez a Goldman, 5 de marzo de 1939

Querida E. ,

He recibido su carta del 1 de marzo.

El informe que le he enviado no es para su publicación, sino sólo para información entre nosotros. El material para su publicación al público se enviará a su debido tiempo.

En cuanto a su pregunta sobre las cartas que también le envié, lamento no poder hacer nada por el momento debido a las dificultades para localizar a nuestros camaradas dispersos por los campos de concentración.

Ahora me ocuparé de la otra parte de su carta. Debo comenzar diciendo que nunca he dudado ni por un momento de su entusiasta disposición a defendernos «a pesar de nuestros muchos errores». Sé que realmente le gusta nuestro movimiento y estoy más que contento de que siga pensando bien de él a pesar de lo que ha sucedido.

No hay contradicción en que diga que «nadie traicionó a nadie» porque al mismo tiempo expliqué que una cosa será lo que sepamos entre nosotros y otra lo que convenga contar al público.

La parte más importante de tu carta es aquella en la que te enfadas por mis palabras de que «porque fuimos demasiado revolucionarios asustamos al capitalismo». Estoy dispuesto a discutir esto con cualquiera para demostrar la verdad de mi afirmación. Sí, querida E. , repito lo que dije en mi última carta: quizás si no hubiéramos sido tan revolucionarios la guerra no se habría perdido. Permíteme decirlo de otra manera: Si el 19 de julio, en lugar de los colectivos y la Revolución, nos hubiéramos concentrado en una República burguesa, el Capitalismo internacional no se habría asustado y, en cambio, se habría decidido a ayudar a la República, y entonces la guerra no se habría perdido, porque en cualquier caso yo preferiría una República burguesa al Fascismo totalitario. Y esto, querida E. , no se puede refutar. Precisamente lo que hacía falta era no hacer la Revolución antes de ganar la guerra. ¿Comprendes?Una vez ganada la guerra las cosas habrían sido diferentes.

Hablas de la intuición y de los ideales del pueblo, que a mi modo de ver no son tales, sino pura y simplemente egoísmo de clase. Las masas, el proletariado en su conjunto, no tienen ideales elevados. Sólo los poseen las minorías selectas. Las masas tienen por ideal la mejora de sus necesidades inmediatas, y esto no es un ideal elevado, sino egoísmo, muy humano y muy justo, si quieres, pero no obstante un egoísmo inspirado por nada más que el estómago. Afirmas que los trabajadores saben que la Democracia no es más que el Fascismo bajo una máscara y esto no puede sostenerse si pretendemos saber algo sobre los diferentes regímenes y órdenes sociales. La verdad es que somos, cuando hablamos en nombre de la libertad, los sectarios más recalcitrantes de la tierra. Llevamos la oposición hasta la exageración, o con nosotros o contra nosotros, decimos, y después de decirlo nos sentamos bastante despreocupados, sosteniendo que los que no piensan como nosotros son enemigos de la clase obrera o fascistas. Sin embargo, cuántos sistemas y diferencias existen entre los interminables organismos de la vida social.

Pero volviendo al tema, ¿qué me importa a mí la llamada simpatía de la clase obrera por la Revolución si lo único que hace por ella es mirar los acontecimientos desde lejos, esperando que se la sirvan en una bandeja lista para ser cocinada? Para ser más precisos, ¿qué nos importa a nosotros, los revolucionarios españoles, la platónica simpatía del proletariado mundial, incapaz de ayudarnos?Con teorías no se triunfa en una guerra. Con palabras no se asaltan trincheras. Y con literatura no se puede defender la Libertad contra los ataques de los tanques y la aviación. Y como es así, por ser revolucionarios en casa y sólo predicar la Revolución en el extranjero, mucho daño nos han hecho, porque el proletariado no hizo nada práctico en nuestra ayuda, y el Capitalismo, ante el Dilema de Revolución o Fascismo, optó por lo segundo. Sin embargo, si se le hubiera dado a elegir entre la República y el fascismo, estoy seguro de que habría estado del lado de la República.

Reconocéis que tengo razón en mi afirmación de que la Revolución no puede triunfar en ningún país si no está respaldada por la solidaridad del proletariado. De eso se trata precisamente y para ello es necesario idear la manera de que no se intenten meras revoluciones aisladas para evitar sacrificios estériles. Debemos ser capaces de preparar las condiciones para que al menos estalle en dos o tres países a la vez. Y que cuando el proletariado conquiste el poder en esos países esté no sólo en condiciones de defender su Revolución sino también de propagarse a otras tierras. Esta es la idea bajo la cual debemos basar nuestras actividades futuras. Y podemos hacerlo e incluso triunfar sin perder tiempo y sin desperdiciar energías. Creo poder decir que nuestra experiencia ganada nos da derecho a sentir que estamos en condiciones de aportar nuevas luces al camino revolucionario.

Ahora debo concluir, pues creo que os he dado suficiente material sobre el que basar vuestros argumentos contra mi tesis. El debate siempre es bueno cuando se lleva a cabo con nobles intenciones, pues purifica los argumentos y facilita extraer buenas consecuencias.

Antes de terminar os recuerdo que sigo siendo optimista y que aspiro al triunfo del proletariado sobre sus enemigos.

Fraternalmente,

Mariano R. Vázquez.

Goldman a Vázquez, 13 de marzo de 1939.

Querido Mariano,

He recibido tu carta del 3 de marzo con las circulares No. 1 del 25 de febrero y 24 del mismo mes. También he recibido tu carta del 5 de marzo.

Responderé a tu carta dentro de unos días, aunque he llegado a la conclusión de que no se gana nada discutiendo contigo, ya que estás tan centrado en tus propios puntos de vista, que, sin embargo, comprendo perfectamente. Habiendo estado en medio de la lucha, no podrías formular el mismo punto de vista que los que no han estado en medio de ella. Pero hay un punto en tu carta que me parece un tanto inocente. Dices que si el 19 de julio no se hubieran iniciado la Revolución y las Colectividades, las Democracias te habrían ayudado. Pues bien, querido camarada, Checoslovaquia nunca pretendió ser revolucionaria ni provocar los cambios fundamentales en la sociedad que nosotros pretendíamos. ¿Han ayudado las democracias a Checoslovaquia? Seguramente, el capitalismo internacional no tenía nada que ganar con el pueblo checoslovaco. Sin embargo, Checoslovaquia fue vendida por las Democracias. Por lo tanto, no veo la lógica en tu argumento de que, si no hubieran hecho tanto hincapié en la Revolución y no hubieran introducido las Colectividades, Chamberlain y Deladier habrían hecho algo para ayudarles en su lucha contra el fascismo. Por otra parte, tú y los demás camaradas no seríais considerados ahora por el mundo entero como la fuerza revolucionaria más fuerte y los combatientes más valerosos que ha tenido la Libertad. Reconozco que la admiración y la simpatía expresadas en todas partes deberían haberse manifestado de forma más positiva. Sin embargo, nunca ha habido un grupo de hombres que simbolizara las esperanzas de las masas en un cambio fundamental de su situación, como ha demostrado el pueblo español en su lucha contra el fascismo. Siento, por lo tanto, que nunca debió pesar sobre vosotros el haber organizado el 19 de julio la Revolución y todo lo que ella implicaba. Lo que reconozco, sin embargo, es que la debacle de la lucha en España ha apagado durante muchos años la antorcha de la Libertad y de las conquistas revolucionarias en Europa. Estoy convencida, sin embargo, de que la antorcha volverá a encenderse y será la única que ilumine lo que hoy es un cielo oscuro.

Me guiaré por lo que me indiques en las circulares que me envíes en relación con la correspondencia. También intentaré reunir fondos cuando llegue a Canadá. Aquí es imposible. Me gustaría tener en mi poder fondos disponibles de la suma que he recibido últimamente de la CNT-FAI, pero no sólo no hay nada, sino que hay un déficit. Sin embargo, no importa, ya que lo cubriré de alguna manera. Sólo lo menciono para que sepas que si hubiera habido algo en mis manos lo habría enviado en el momento en que llegaras a Francia.

En cuanto a los países donde se puede conseguir asilo. Lamento mucho tener que decir que no conozco ninguno. Si hubiera unos cuantos refugiados, sería posible traerlos aquí. Para eso necesitamos tener los nombres completos de los que podrían venir, así como sus profesiones. Ya se están haciendo gestiones para traer aquí a algunos intelectuales. Souchy descubrió a un grupo de ellos en Boulon y yo he dado sus nombres a las organizaciones de escritores de Inglaterra y también a una organización llamada «Ayuda a los Refugiados Españoles». No estoy segura de que se pueda conseguir algo concreto, pero desde luego no será posible conseguir asilo más que para un número muy reducido de nuestros refugiados. Cuando llegue a Canadá haré lo que pueda para iniciar una campaña en favor del asilo, pero no quiero despertar esperanzas que no se harán realidad.

En el programa adjunto veréis que celebraremos otra reunión para recaudar fondos. Me gustaría tener el optimismo de mencionar la cantidad que deberíamos ser capaces de recaudar. Como me voy a París el 26 de este mes, les comunicaré el resultado de esta reunión y al mismo tiempo trataré otros asuntos. Mi fecha de partida para Canadá se ha fijado definitivamente para el 8 de abril. Será muy importante para mi trabajo allí que mantengamos una conversación mientras estoy en París.

Recibe un cordial saludo,

E. G.

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https://theanarchistlibrary.org/library/emma-goldman-and-mariano-r-vazquez-the-fall-of-barcelona

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